domingo, marzo 02, 2008

Sobre tango y los demonios de la daga (desaires de Buenos Aires)

[...] El tango crea un turbio
pasado irreal que de algú modo es cierto,
el recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una equina del suburbio.
J. L. Borges, El Tango

[Leer mientras se escucha Buenos Aires Hora Cero]

Una vez que la mortaja reina, la sensación de vida se apodera de las entrañas que preceden al terrenal destino insoslayable. ¿Un olor amoníaco?, no, es el laboratorio de fotografía (de la alquimia a la memoria), las imágenes del recuerdo añejo, y no son los años, porque en esas alturas, ¿esperamos que el tiempo siga su curso?

Tiempo y sentencia son dos acertijos vanos, llenos de congoja y salitre purificado. Le digo al cielo: baja de esas alturas inalcanzables, ¿a qué le temes?, ¿a encararnos?, ¿a sentenciarnos?... ¿por eso nos lanzas lloviznas?, ¿chubascos?, ¿ventiscas?, ¿tormentas?, ¿maná para el hambriento?, ¿rayos y fuego al pecado? Nos cae levadura mágica, y entra hasta el más profundo de nuestros deseos, lo perfora y se convierte en un lucero inaceptable... inalcanzable («como el cielo», grita un coro de mil doscientas treinta y siete voces). —Hacia allá voy— profunda voz en mi garganta. —No, no al cielo—, qué ingenuidad. —Voy hacia el verdadero «porqué», y el verdadero «jamás». Terribles lisonjas y herejías palpan mis manos, si tan sólo una luciérnaga alumbrara esta hoja en blanco, el sortilegio sería prisión, pasión y pena pasajera.

Borges de pulcro lunfardo y arrabal portentoso nos señala las cloacas ya roídas, ya lejanas. Para nuestra fortuna los malevajes y dagas de Palermo están a cien leguas de un sueño dirigido hacia el abismo del recuerdo. Piazzolla con su dedo-bandoneón refleja, cual espejo milagroso, al tango que miles y miles llamaron «prodigio porteño». De vanidad nos contagiamos, pero el tango y sus diez mil facas continúan sin anhelos el destierro ya impuesto, no ese prodigioso usurero de punta del este, sino el pródigo resuello de angustias vecinas, terribles embates, calumnias y duelos de arrabal.

Te espero, a fin de cuentas no hay razón para el odio, sólo para clavarte un cuchillo en la garganta. Sobre el cuero lo mantengo afilado, en tu carne lo mantengo fresco, sin la sed de tus entrañas.

5 comentarios:

Natalia Book dijo...

Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Un placer ver que todo sigue bien.
Saludos

RED SHOES GIRL dijo...

Me encanta el tango, hice un disco divino de Gardel. Creo que me voy a volver lectora asídua.

Saludos

Luis Alvaz dijo...

Hola Natalia, es bueno saber de ti. Espero poder entrar a alguno de tus clubs de lectura on-line.
Saludos

Red Shoes Girl (lo siento, no sé tu nombre). Me da gusto oírlo, por aquí siempre tengo algo de tango, ya sea en mi corazón o en mi iPod, también me gusta tocarlo en el piano (http://luisalvaz.blogspot.com/2007/05/piazzolla-veranoporteo.html).
Me alegra que aún se escuche el tango en estos días, no importa si es el tango clásico o el nuevo.
Saludos

X dijo...

Yo creo que esto es tango nuevo o al menos tiene algo (mucho) de tango (me agradaría que me ayudaras a saber exctamente qué es), sería bueno que lo escucharas:

La Chicana (baja "Juguete Rabioso", es LA MEJOR)

Luis Alvaz dijo...

Hola, he escuchado tu recomendación, "La Chicana Tango" y me he llevado una grata sorpresa.
Y bueno, ahí va la respuesta: No creo que sea tango nuevo, o no en el estricto sentido del "término".
El Tango Nuevo surge como un arquetipo que algunos le dieron a la música de Piazzolla, que los puristas no consideraban tango.
Creo que La Chicana Tango, al contrario de otras corrientes contemporáneas del tango, tratan de rescatar la tradición tanguera de la época de Discépolo, Gradel y Troilo; pero con un estilo muy particular. Sobre todo me gusta la voz de la chica, que no es ni Milva ni Julia Zenko ni Nacha Guevara, sino quizá un poco más fresca, aunque sigue siendo una voz tanguera. Excelente recomendación.