Este día me enteré del fallecimiento del poeta y escritor italiano Edoardo Sanguineti, figura central en las letras italianas, pero además un entrañable amigo de músicos y compositores, que con sus palabras y aforismos enriqueció la música y el mundo sonoro que fue su segunda pasión.
Dejo estas pequeñas obras que sólo son un preludio da la vasta obra del gran hombre que fue.
Versos para las Sequenzas de Luciano Berio (por Edoardo Sanguineti)
"Incipit sequentia sequentiarum, quae est
musica musicarum secundum lucianum."
("Aquí comienza la secuencia de secuencias,
que es la música de la música según Luciano.")
I
y aquí comienza tu deseo, que es el delirio de mi deseo:la música es el deseo de los deseos
II
he escuchado cadenas de colores, musculosamente agresivos:he sentido tus rudos y rígidos ruidos
III
quiero tus palabras: y quiero destruirlas, con prisa, tus palabras: y quiero destruirme, yo, finalmente, verdaderamente
IV
me dibujo contra todos tus muchos espejos, me transformo con mis venas, con mis pies: me encierro dentro de todos tus ojos
V
te digo: ¿por qué? ¿por qué? y soy la seca mueca de un payaso
para qué quieres saber, digo, ¿por qué digo por qué?
VI
mi caprichoso furor ya fue tu calma lívida; mi canción será tu lentísimo silencio
VII
tu perfil es mi paisaje frenético; mantenido a distancia es un falso fuego de amor que es mínimo: está muerto
VIII
para ti he multiplicado mis voces, mis vocablos, mis vocales, y entonces grito que eres mi vocativo
IX
"eres inestable e inmóvil, tu eres mi frágil fractal, esa quebrada forma mía que tiembla"
X
describe mis confines y estréchame en ecos, en reflejos desde lejos y, desenvueltamente, vuélvete yo, tú, por mí
XI
te encuentro, pueril e innatural seudodanza mía; te encierro en un cerco y te interrumpo, te rompo
XII
te muevo sigilosamente, te tallo, te exploro las caras, te palpo meditabundo; te vuelvo y revuelvo, variándote, temblando; te atormento, tremendo
XIII
y así conforta un acorde que se cierra gentilmente aquí, plebeyo; la catástrofe está en el medio, está en el corazón, pero está rodeada, podada
Postcarten, de Stefano Scodanibbio, para contrabajo y voz, basado en textos de Edoardo Sanguineti.
Entonces, el poema... / ¿Poema? Oh no, oh no / Fíjese qué lástima, pensar que iba tan bien hasta hace unos años, a pesar de ciertos excesos verbales, y ahora sí, de golpe... / Debe ser el oro de Moscú, a menos que sean dólares de la CIA, que también pagó a Cohn-Bendit / Insultar a la poesía, esa cosa tan delicada / Con rima y ritmo / Con metáforas / Con muchísimos sauces / Igual que esos concretos, dígame un poco, que le hacen poemas con figurtiras y pedazos de palabras todo pegado / La poesía es como un aire suave de pausados giros y no debe de rozar para nada a la política / No empleará jamás palabras tales como Fidel o Mao, se mecerá en la metafísica y en la erótica que ya son bastantes, porque a veces... / Lo que pasa es que está de moda hacerse el duro y, claro, él aprovecha, niño terrible tira de culo críticos ponderados / No importa, m'hijita, la poesía seguirá poniendo sonetos, es una gayinita cumplidora / Sí pero habría que prohibir, digo bien, PROHIBIR una cosa como ésta, doctor Lastra /Es que no tenemos gobiernos fuerte, señora, se lo digo yo, hasta los Keneddy estaban sobornados por los comunistas, tengo pruebas /