sábado, febrero 28, 2009

Reloj de arena

...poeta es el que oye con los ojos
y ve con los oídos.
Alberto Blanco

la música
 serena
     espesa
  arena
    que
     se

        s


        c


        u


         r


         r



        e

a chorros
por los oídos /

la música
es la
concordancia
entre el
sonido y
el silencio /

la música
es la
verdadera
medida
del t

      i


     e



     m




     p




      o

Ko-Tha, de Giacinto Scelsi, interpretada por Nick Tolle

martes, febrero 24, 2009

Soliloquios dispares

mis manos anárquicas se despliegan lentamente y con demora desfallezco de sueño; una a una se acercan a mi cuello; el sueño pesado no percibe que la asfixia viene del mundo de la carne... y esas dos despiadadas interlocutoras se han desquiciado, han inmolado a su dueño, al que las mitiga y ufana, al que las esclaviza horas en el teclado, en el piano, y en la víspera de mis deseos más bajos

[interludio de aromas… el arce cansado… el viento le arranca las hojas… su madera es el alma de un cello]

las paredes aún crujen en mi cabeza
crujen por el dolor
crujen por el sarro
crujen por el moho
por el extinto aroma de pintura
por los golpes de ira incontenible
por el daño de caricias
por el más duro de mis vicios
por el más oscuro y cruel de tus vestigios

las paredes aún crujen
y entre dientes clamo aquel silencio
ayer nació un polluelo
el otro cascarón fue de cenizas
ahora sólo queda aroma a viejo
ahora sólo queda una sombra
y la pared crujiente
en mi cabeza
una herida
sangre
sangro
y

(anoche nació un polluelo)

me vendo sin alma al diablo
que anidas adentro vacío
la herida no sangra
silencio perpetuo
ceniza adorna las paredes
rechinan en mi cabeza
son los pasos
de ánimas profesando
un amargo y oscuro vendaval


anoche soñé contigo
nació un polluelo
bastardo
huérfano
me hundo en un capricho
me ahogo
me fumo un cigarrillo



Segundo movimiento de la Sonata para cello solo de György Ligeti,
interpretada por Matt Haimovitz

sábado, febrero 21, 2009

Oblivion

En ocasiones olvido
           que oblivion

recuerdo [que todo
      es un recuerdo
                     vago]

anhelo que todo
           sea olvido
             y oblivion

que el tango
            me corte
                   la sangre

que el sopor
         se ahogue
                   en mis venas

en ocasiones lo olvido
           y oblivion
                     recuerda

[que todo es un
        recuerdo vago]

una funesta melodía
que se repite y repite

se acuerda que nosotros
también lo olvidamos

ya hace tantos años
la memoria se enamoraba
          del tiempo

se enredaba lentamente
en su creciente
letargo

y así como en
ocasiones olvida

otras veces recuerdo
que el tiempo
ha pasado

o nosotros lo
hemos recorrido

con los pies desnudos
y los semblantes postrados

por eso a veces recuerdo
que el olvido
         es el silencio

es una tregua
           un descanso
un cajón
       que almacena
                  sombras
y miedo
          a recordar
                 que ahí estamos

despiertos
esperando al olvido
que viene
.
tan pronto
.
tan cerca
.


Oblivion, de Astor Piazzolla, por el Cuarteto de Cellos Rastrelli

viernes, febrero 13, 2009

Cartas de Mamá (adaptación radiofónica)



El primer libro que leí de Julio Cortázar fue Las Armas Secretas. Del primer cuento de este libro, varios compañeros y yo (hace poco más de 2 años), produjimos una adaptación radiofónica. El cuento se titula Cartas de Mamá; una historia donde se entrelazan magistralmente los elementos realistas y ficticios.

Esta adaptación radiofónica no contiene narrador, por lo que la atención a los detalles resulta apremiante. Quizá la música (que es toda de Piazzolla) funja como un elemento narrativo primordial, ya que se eligieron las piezas de acuerdo a las particularidades de cada atmósfera.

Debo a Cortázar gran parte de mi formación. Este día (¿o fue ayer?) se conmemoran 25 años de su muerte.

[click para escuchar la adaptación]

Borges habla de Cortázar*

Prólogo a "Cartas de mamá"

Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde, nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. No recuerdo su cara; la ceguera es cómplice del olvido. Me dijo que traía un cuento fantástico y solicitó mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en la imprenta; otra, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula "Casa Tomada". Años después, en París, Julio Cortázar me recordó ese antiguo episodio y me confió que era la primera vez que veía un texto suyo en letras de molde. Esa circunstancia me honra.

Muy poco sé de las letras contemporáneas. Creo que podemos conocer el pasado, siquiera de un modo simbólico, y que podemos imaginar el futuro, según el temor o la fe; en el presente hay demasiadas cosas para que nos sea dado descifrarlas. El porvenir sabrá lo que hoy no sabemos y cursará las páginas que merecen ser releídas. Schopenhauer aconsejaba que, para no exponernos al azar; sólo leyéramos los libros que ya hubieran cumplido cien años. No siempre he sido fiel a ese cauteloso dictamen; he leído con singular agrado Las armas secretas de Julio Cortázar y sus cuentos, como aquel que publiqué en la década del cuarenta, me han parecido magníficos. "Cartas de mamá", el primero del volumen, me ha impresionado hondamente.

Una historia fantástica, según Wells, debe admitir un solo hecho fantástico para que la imaginación del lector la acepte fácilmente. Esta prudencia corresponde al escéptico siglo diecinueve, no al tiempo que soñó las cosmogonías o el Libro de las Mil y Una Noches. En "Cartas de Mamá" lo trivial, lo necesariamente trivial, está en el título, en el proceder de los personajes y en la mención continua de marcas de cigarrillos o de estaciones del subterráneo. El prodigio requiere esos pormenores.

Otro rasgo quiero indicar. Lo sobrenatural, en este admirable relato, no se declara, se insinúa, lo cual le da más fuerza, como en el "Izur" de Lugones. Queda la posibilidad de que todo sea una alucinación de la culpa. Alguien que parecía inofensivo vuelve atrozmente.

Julio Cortázar ha sido condenado, o aprobado, por sus opiniones políticas. Fuera de la ética, entiendo que las opiniones de un hombre suelen ser superficiales y efímeras.

Buenos Aires, 1984

* Nicolás Cócaro (1993). El joven Cortázar, Buenos Aires, Ediciones del Saber

viernes, febrero 06, 2009

Tordos

Me ha brotado
un cielo
para relucir
de alas esta
           hoja

vacía como
el cielo que
la cubre mientras
mi trazo
autómata
revienta en
silentes
picotazos
y silbidos

rechina el
polvo tras el
paso de los
tordos en parvada


Foto de Azû, tomada de su flickr