Barbacoa de Cordero
Estoy en el hoyo
perplejo como siempre
los huesos me crujen
y el pellejo se desgaja
en un sartén mis tripas
dos calderos para el jugo
y una docena de comensales
se impacienta
termina el discurso perdido
detén maromas y agasajos
el plato fuerte está en el orco
a dos metros de tus pies
tan podrido y
tan deshecho
nunca tanta muerte
te dio este regocijo
los torrentes de grasa
se derrumban
de paredes e intestinos
arterias y canales
instala las tiras en tu boca
irriga de grasas saturadas
penetra en los linderos
del aliento
que la muerte sólo te arrebata
sostén la copa de mi sangre
un mártir fue cordero
el dolor se mengua ahí dentro
el fulgor de un dios resentido
la ironía está servida
el carnero de fuego
en el sagrario
ahora es el festín
de tus pecados
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