Existencia
Nadie vacila, como en el amor,
a la hora del odio.
El odio es la sola prueba indudable
de existencia
Eduardo Lizalde
Cadáver
que emana fuego
al colapsar
la vida
luto en mi
mirada
embustera
pendenciero
sortilegioarrolla la
vacilación
de escribir
derruido
o sitiado
tigre de
hiel o trémulas
garras
socorrea mi garganta
oxidada
trillada
frase que
desvanece lossilencios
crujido
de dioses
obscenos
obsidiana
opacada por
el trino de la
muerte
el canto
blande
su tímida
espada danzante
se apiadan
los débiles
se doblegan
el arma inermees un frugal
sostén
de odios
sin existir
amamos
el antaño
ocaso y el
desdén queha quedado
extraviado
al existir
derribamos
la almena
que separa
al instinto
de perseguir
la perennidadde nuestros pensamientos
olvidando la
seguridad
de perpetuarnos
a nosotros mismos
del mismo
odio
nace la
existencia
/ del amor
un concurrido
y sordo ruido
que se pierde
[Un peu rien de plus]
2 comentarios:
Tellement beau, l'âme me dégage.
La haine et l'amour sont rassemblée, parfois.
MaLena.
Pd.Luis podés pasar por L'art passion.
Bellas y dolorosas letras, Luis
Odio y amor, quizás no sean tan diferentes.
No acuerdo con Lizalde; ambos son pruebas de existencia.
Solo la indiferencia mata, extingue.
Un gran abrazo,
Gabriel
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