lunes, diciembre 01, 2008

Mano Anárquica


¿Ha visto una mano?

La perdí y no la he recuperado, es blanca, grande, es un poco terca, rancia y hasta hace señales obscenas; pero es una buena mano, me saca de apuros cuando la partitura requiere grandes extensiones en el piano. Si la ve, tal vez jugueteando en la melena de algún gato o tratando de alcanzar una paloma, no trate de atraparla, es astuta y puede ser peligrosa; sólo sígala y llámeme desde el teléfono público más cercano.

[Texto ficticio para radio narrado por Roberto Gutiérrez,
ambientado con la pieza Galop de Bal,
de Franz Liszt interpretada por Leslie Howard]

5 comentarios:

marichuy dijo...

Luis

Nunca había escuchado que una mano se escapara. A más de anárquica, muy astuta me parece.

Saludos

José Agustín Solórzano dijo...

Un verdadero placer pasearme por tu blog... muy interesantes algunos textos (este de la mano entre ellos)
ojalá pudieras darte una vuelta por mi rincón
un saludo y por aquí andaré más seguido.

Anónimo dijo...

Nunca dejas de sorprenderme...definitivamente.

De verdad que es un placer conocerteeeeeeeeeee...

José Agustín Solórzano dijo...

veri tanks por el comentario, yo también seguiré cayendo por aquí...
ya he linkeado este espacio... algún incauto caerá en garras de la poesía y entonces sí ¡Dios nos libre!(de él mismo) jaja

saludos.

Luis Alvaz dijo...

À tous...

La dejaba entrar por la tade, abriéndole un poco la hoja de la ventana que da al jardín, y la mano descendía ligeramente por los bordes de la mesa de trabajo, apoyándose apenas en la palma, los dedos sueltos y como distraídos, hasta encontrar su sitio predilecto sobre el piano, en el marco de un retrato o a veces sobre la alfombra color vino.

Amaba yo a aquella mano porque nada tenía de exigente y sí mucho de pájaro y hoja seca.


Julio Cortázar, Estación de la mano