viernes, febrero 13, 2009

Cartas de Mamá (adaptación radiofónica)



El primer libro que leí de Julio Cortázar fue Las Armas Secretas. Del primer cuento de este libro, varios compañeros y yo (hace poco más de 2 años), produjimos una adaptación radiofónica. El cuento se titula Cartas de Mamá; una historia donde se entrelazan magistralmente los elementos realistas y ficticios.

Esta adaptación radiofónica no contiene narrador, por lo que la atención a los detalles resulta apremiante. Quizá la música (que es toda de Piazzolla) funja como un elemento narrativo primordial, ya que se eligieron las piezas de acuerdo a las particularidades de cada atmósfera.

Debo a Cortázar gran parte de mi formación. Este día (¿o fue ayer?) se conmemoran 25 años de su muerte.

[click para escuchar la adaptación]

Borges habla de Cortázar*

Prólogo a "Cartas de mamá"

Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde, nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. No recuerdo su cara; la ceguera es cómplice del olvido. Me dijo que traía un cuento fantástico y solicitó mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en la imprenta; otra, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula "Casa Tomada". Años después, en París, Julio Cortázar me recordó ese antiguo episodio y me confió que era la primera vez que veía un texto suyo en letras de molde. Esa circunstancia me honra.

Muy poco sé de las letras contemporáneas. Creo que podemos conocer el pasado, siquiera de un modo simbólico, y que podemos imaginar el futuro, según el temor o la fe; en el presente hay demasiadas cosas para que nos sea dado descifrarlas. El porvenir sabrá lo que hoy no sabemos y cursará las páginas que merecen ser releídas. Schopenhauer aconsejaba que, para no exponernos al azar; sólo leyéramos los libros que ya hubieran cumplido cien años. No siempre he sido fiel a ese cauteloso dictamen; he leído con singular agrado Las armas secretas de Julio Cortázar y sus cuentos, como aquel que publiqué en la década del cuarenta, me han parecido magníficos. "Cartas de mamá", el primero del volumen, me ha impresionado hondamente.

Una historia fantástica, según Wells, debe admitir un solo hecho fantástico para que la imaginación del lector la acepte fácilmente. Esta prudencia corresponde al escéptico siglo diecinueve, no al tiempo que soñó las cosmogonías o el Libro de las Mil y Una Noches. En "Cartas de Mamá" lo trivial, lo necesariamente trivial, está en el título, en el proceder de los personajes y en la mención continua de marcas de cigarrillos o de estaciones del subterráneo. El prodigio requiere esos pormenores.

Otro rasgo quiero indicar. Lo sobrenatural, en este admirable relato, no se declara, se insinúa, lo cual le da más fuerza, como en el "Izur" de Lugones. Queda la posibilidad de que todo sea una alucinación de la culpa. Alguien que parecía inofensivo vuelve atrozmente.

Julio Cortázar ha sido condenado, o aprobado, por sus opiniones políticas. Fuera de la ética, entiendo que las opiniones de un hombre suelen ser superficiales y efímeras.

Buenos Aires, 1984

* Nicolás Cócaro (1993). El joven Cortázar, Buenos Aires, Ediciones del Saber

3 comentarios:

marichuy dijo...

Luis

Julio aún me sigue sorprendiendo… a 25 años de muerto [según yo, sí murió un 13 de febrero]. Y tú y tus amigos, también muy talentosos.

Gracias pro homenajear al Cronopio Mayor

Un saludo y feliz día de la cebolla, je
(según mi abuela, la cebolla no solo sirve para hacernos llorar… también es un buen afrodisíaco)
______

Luis Alvaz dijo...

Marichuy...

Creo que Julio merece ser recordado, no sólo por ser un genial escritor y artista, sino porque de verdad era un hombre coherente, un hombre cuya voz abatió siempre las barreras políticas de las famas.

Buen dato eso de las cebollas afrodisiacas... a mí me dijeron que también es un antibiótico natural, y que un buen jarabe de cebolla cura varias dolencias relacionadas con bacterias, ¿será?

Como sea, yo recomiendo (a propósito del tema), leer Pelando la cebolla de Günter Grass, sobre todo si se ha leído otros libros como El tambor de hojalata. Buena metáfora esa de la cebolla y la memoria.

Saludos

Gabriel dijo...

Siempre es un placer pasar por tu blog, Luis.
Un abrazo, de un cronopio a otro cronopio.